
Noches etéreas II
Deseaba tocarlo, el alcohol me ayudaba a hacerlo, deseaba ganar, tenía que hacerlo. Me gustaba, y su voz aunque no de mi gusto sabia que tenia que callar, en los momentos importantes de placer el deseo acalla, ingenuamente pensé. Lo proboque, lo seduje y el se dejo... Como hembra no sé porque pero no pude irme... aunque lo deseaba, me gustaba estar allí pero no sé porque... tenía este deseo reprimido de eliminar mi virginidad... de tener un buen recuerdo... otra vez ingenuamente pensé. De golpes y gemidos aprendí, que hablar no es lo mio, que escuchar tampoco, de besar quizás lo sea, de tocar con mis labios todo aquello tocable... que con mis manos hay algo... que con sus manos no sé... y que sus labios sólo se ven exquisitos en las fotografías, cuando están en frente tuyo lo ultimo que quieres en las mañanas es que quiera besarte tiernamente, casi como un repelente aunque ya lo hicieras en la noche miles de veces.
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